(En 1283, mientras el poeta contempla
La corriente del río Arno – desde uno
de
Los puentes- Beatriz lo saluda
discretamente
Al pasar con dos amigas.)
Todo ahora se revela
-El Arno fluye- Mis días
Bajo tu égida. Mía
Tu insignia tuya tu estela
Ya mi pulso no recela
Del tuyo Veo el destierro
La penuria como un hierro
El verso La nombradía
Ahora pasas y me
guías
A tu mirada me aferro
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