¿Habrá otro cielo tan semejante al de
mi Cuba?
Qué otro azul copiaría al que ahora
Me inunda y tiñe mis pulmones
Qué otro ligaría con este sol
Que toma por el brazo al día
Y lo conduce – formal – por la Calle
Larga
Desierta
Y lo emboca
Al arenal enorme que une o separa
El arrabal de Getsemaní
Con la Boca de Piedra
Que en adelante guarda
Los caserones las
calles encogidas los balcones
La ciudad de Cartagena de Indias - La Bella –
Y el mar
¡Para qué otro lugar del universo que
no sea éste!
*
* *
Pero hoy a mi corazón lo urge el miedo
Aunque en su centro contiene todo el
ardor
De mi fragua y mis crisoles
Vive ese miedo que uno mismo
A uno mismo se confiesa
El miedo que evidencia el final de
una jornada
Donde estarán el llanto el sudor
y la muerte
El miedo de macho que nunca es por
uno mismo
Sino por aquellos que engasta en su
alma
*
* *
Ahora
Un enjambre de pericos y de cotorras pasa
Hacia los manglares
Untándose de azul queda una gaviota
Que se orienta – como yo
–
Como el nervio de toda esta
muchedumbre
Que ahora se despereza
Como mis lanceros
Que dentro de unas horas harán suyos
Los baluartes
El regimiento de El Fijo
El Palacio de la Gobernación
Donde una junta de gobierno -
muerta de miedo -
Firmará una declaración de libertad
Que desde ya nos pertenece.